En su nivel más primario y básico la educación a distancia ocurre cuando un maestro y su(s) estudiante(s) están separados por una distancia física y se emplea la tecnología (de voz, video, datos e impresos), muchas veces junto con la comunicación cara-a-cara, para ponerlos en contacto.
Este tipo de programas pueden proporcionarle a los adultos una segunda oportunidad de obtener una educación formal, puede alcanzar a quienes se encuentren limitados de tiempo, se encuentren lejos o estén físicamente disminuidos, así como puede brindar actualización a los trabajadores en sus mismos lugares de trabajo.
La transacción que denominamos como educación a distancia ocurre entre individuos que son maestros y estudiantes, en un ambiente que tiene las características especiales de la separación entre unos y otros y un consecuente grupo de comportamientos especiales de enseñanza y aprendizaje. En la actualidad, ahora nos parece que la distancia transaccional es una variable continua y no discreta, un término relativo y no absoluto.
En cualquier programa educativo hay algún tipo de distancia transaccional, aún cuando los maestros y los alumnos interactúen cara-a-cara. Lo que es normalmente referido como educación a distancia es ese subgrupo de programas educativos en los que la separación entre maestro y alumno es tan significativa que afecta sus comportamientos y requiere del uso de técnicas especiales, que conducen a una conceptualización especial. Estos procedimientos especiales de enseñanza tienen dos vertientes que son las que determinan la extensión de la “distancia” en un programa: el diálogo y la estructura.
El diálogo describe la interacción entre maestro y estudiante, cuando uno da las instrucciones y el otro responde. La extensión y naturaleza de éste diálogo la determina la filosofía educativa del individuo o grupo responsable del diseño del curso, las personalidades del maestro y de los alumnos, la materia de estudio del curso y los factores ambientales, entre los que destaca el medio de comunicación.
El segundo conjunto de variables que determinan la distancia transaccional son elementos del diseño del curso. Estos son las maneras en que el programa de aprendizaje se estructura, de manera que pueda ser entregado por los diversos medios de comunicación. Los programas se pueden estructurar de diferentes maneras tomando en cuenta la necesidad de producir, copiar, entregar y controlar los mensajes mediáticos.
La estructura expresa lo rígidos o flexibles que sean los objetivos educacionales, las estrategias de enseñanza y los métodos de evaluación. Describen qué tanto se pueden acomodar o dan respuesta a las necesidades individuales de los alumnos (Moore, 1991)
La experiencia de aprendizaje debe tener un propósito claro, así como objetivos y logros muy claramente especificados. El aprendizaje basado en la Web, por ejemplo, debe considerar la naturaleza del contenido de los cursos, el contexto específico, las metas deseables en el aprendizaje y las características del alumno.
Las estrategias centradas en el alumno incluyen unidades modulares que contengan pequeños paquetes de aprendizaje. Estos módulos bien pueden ser abiertos, flexibles y auto-directivos (Turgeon, 1997).
Muchos profesores se preguntan si los estudiantes a distancia aprenden igual que los estudiantes en clases tradicionales cara-a-cara. La investigación que compara la educación a distancia con la educación tradicional cara-a-cara nos indica que enseñar y aprender a distancia puede ser tan efectivo como la enseñanza tradicional, cuando los métodos y las tecnologías empleados son las adecuadas para las tareas de la materia a enseñar, cuando se da la interacción estudiante-estudiante y cuando hay oportunidad para los estudiantes de ser realimentados por el profesor (Moore & Thompson, 1990)
García L, Universidad Nacional de Educación a Distancia,
Historia de la Educación a Distancia, España
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